Uno de mis talentos es aprender, aunque no me gustó la escuela, nadie me veía. Me licencié en Bellas Artes y la creatividad es mi gran compañera de viaje. Soy tri-madre pues cada uno de mis hijos me pide que sea una madre diferente, y ellos me llevaron a ver cuantos aprendizajes no están presentes hoy en día en la escuela.
Soy la creadora del Manifiesto Aprendemos Todos, y cofundadora de la asociación del mismo nombre, que trabaja para ayudar a familias y colegios a hacer del aprendizaje el disfrute y llave del autoconocimiento que debiera ser para adultos y niños.
Me dedico a estudiar y conocer en profundidad todos aquellos campos que permiten un desarrollo integral del ser humano, así como aquellos colegios y enfoques educativos que ya están consolidados, y que demuestran con su hacer cotidiano que otra educación es posible.
Me gusta la familia y la vida, aunque a veces duela. Me encanta la frase: “No me des nada que no quieras darme”. Voy aprendiendo a pedir, a decir no, a andar descalza, y a estar por aquí abajo. Me gusta la gente que se acerca y te trata como si te conociera de toda la vida. En realidad, todos nos conocemos de toda la vida. Me encanta pasear en soledad por la naturaleza, pues me deja sin ruido y sin tiempo. Soy más de día que de noche, pero la luna llena me retiene sin condiciones. También soy rebelde, confiada, y bastante inocente. Siempre creo que todavía queda algo mejor por hacer, y no pierdo la fe en ningún ser humano. Me gustan las camisas blancas, la ropa de segunda mano, hacer teatro, cantar a gritos en el coche, y bailar. Disfruto especialmente de hacer algo con muchas personas a la vez. Todos los días doy gracias a Dios por mi ducha calentita. Admiro por encima de todo a la gente LIBRE, y yo pretendo vivir y morir libre, sobre todo de mi misma.
Comunicación/Experiencia:
Si algo caracteriza al ser humano es su inteligencia; su capacidad de razonar, manejar datos, memorizar y crear nuevas posibilidades con todo ello. Pero en los últimos años hemos descubierto que esta INTELIGENCIA está llena de matices. Hablamos ahora de una inteligencia racional, que debe sumarse a otra emocional para poder alcanzar su mayor esplendor, pero ¿existe una inteligencia espiritual? ¿De qué aspectos de nosotros habla esta tercera dimesión de nuestra capacidad intelectual? Sin duda debemos llevar a las aulas una comprensión cada vez mayor del mundo que nos rodea y del lugar que cada uno ocupamos en él. Sin duda es tiempo de ampliar nuestra mirada sobre lo que aprendemos y para qué lo aprendemos. Hay preguntas esenciales que no podemos aplazar por más tiempo.